lunes, 4 de julio de 2016

 Brasil: ¿fin de fiesta para la expansión sojera?

 

* Parece haber algo que en general escapa a nuestra atención, pero que es muy importante a la hora de ponderar el futuro de la soja en Sudamérica: la producción de esta oleaginosa en Brasil crece año tras año, pero cada vez menos. Y hay razones precisas para esta desaceleración.

 


* Durante las dos últimas décadas los productores del vecino país pidieron prestados miles de millones de dólares para convertir las sabanas del Cerrado en verdaderas zonas agrícolas y transformar a Brasil en una potencia agroexportadora, la primera a nivel mundial en términos de poroto de soja. Por caso, el Grupo Bom Jesus llegó a trabajar 150 mil hectáreas. Hoy este negocio está sofocado por las deudas, la generosa oferta global de soja y la recesión más importante para este país en el último siglo.

Algunos productores ya no tienen dinero para plantar soja o bien están recortando sus planes para el año en curso.  Bom Jesus ha quebrado y dejó una deuda de 600 millones de dólares, que no puede afrontar. En situación similar –o como mucho reestructurando su deuda- están al menos diez de los más grandes plantadores de soja. La mayoría de ellos tomaron créditos en dólares para aprovechar las bajas tasas; con la caída del real el repago de esos préstamos se ha vuelto muy costoso. Este tema parece pesar mucho más que el deterioro de los precios relativos del poroto.

* El punto es que cuando comience octubre se dará inicio a la siembra con la expansión más modesta en ocho años. No se agregarían más de 500 mil nuevas hectáreas, de acuerdo con el dato de Agroconsult  (1.1 M ha extra en 2015). Será una oportunidad perdida para los productores brasileños, justo cuando suben demanda y precios de soja. El USDA estima que el consumo mundial excederá la producción global por segundo año consecutivo. De hecho los farmers USA van a incrementar el área dedicada al poroto. Los precios en Chicago están 31% arriba de los valores que en noviembre pasado indicaron un mínimo para los últimos seis años, motorizados por los problemas climáticos en la Argentina y Brasil. Los fondos dieron vuelta su apuesta y pasaron a estar fuertemente comprados, y están pensando que la desaceleración de la siembra de soja en Brasil puede ser un factor alcista si algo no va bien con la producción estadounidense.

Bom Jesus va a plantar un 10% menos que lo sembrado en 2015 (mientras los acreedores llegan acompañados de oficiales de Justicia), lo mismo que va a achicar otro gran grupo: Vanguarda Agro, que ha reestructurado con los bancos unos R$ 842 M. Por su parte, los Grupos J. Pupin y Pinesso defaultearon deudas por R$ 900 M y R$ 600 M respectivamente. “A medida que el costo del dinero se encarece, los márgenes de la expansión deben ser necesariamente muy altos para animarse a dar el paso”, dicen en SLC Agícola SA, la compañía de siembra más popular en Brasil, que ha detenido su expansión a medida que las tasas se elevan.
 
* Lejos están los días en que estos grupos tomaban el dinero que los bancos les ofrecían. Hoy los que superan las 10 mil ha sembradas están endeudados en dólares y son los que se hallan en riesgo de default. Y desde luego las compañías de insumos padecen la situación. Se están ofreciendo para compartir los riesgos con los bancos y eso genera cierto alivio, aunque lamentablemente para muchos es una ayuda que llega tarde.    

Fuente; Bloomberg

 

 

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