* Amélio
Dall’Agnol, investigador de Embrapa, dice a quien quiera escucharlo que el futuro de la demanda de
soja está asegurado. “De acuerdo con la evolución económica de la población
mundial y los cambios de hábitos alimentarios es posible proyectar un crecimiento de la demanda mundial de soja”,
asevera el profesional, que considera que Brasil será el gran beneficiado.
* Un punto
clave pasa por el incremento en el consumo de carnes promovido por una mayor
renta per capita, particularmente de las personas que habitan el mundo no
desarrollado, precisamente donde se concentra el mayor porcentaje de la
población mundial. El volumen de las principales carnes producidas en el mundo
crece constantemente desde mediados del siglo pasado, pero especialmente a
partir de las últimas décadas. Para la FAO, la producción de carne deberá
duplicarse hacia 2025 si quiere atender el crecimiento de demanda generado por
el incremento poblacional.
* Se sabe. Tres países monopolizan el 80% del comercio mundial de soja: Estados Unidos, Brasil y la Argentina. De acuerdo con el análisis del especialista, el primero de ellos tendrá dificultades para expandir el cultivo en el mediano plazo, porque esto depende de los movimientos inter-culturas. Trigo, algodón y girasol ya cedieron espacio a la soja. Los otros cultivos sólo harán lo mismo si el cambio es rentable para el productor.
* El
técnico subraya que sin necesidad de destruir un solo árbol de su selva
amazónica, el área cultivada tiene mucho para crecer en Brasil, ya sea
utilizando las tierras agrícolas disponibles en el bioma de El Cerrado o
recuperando áreas degradadas o subutilizadas de pasturas permanentes. “Brasil
domina la tecnología para producir soja en regiones tropicales, algo en lo
cual el resto del planeta es ineficiente”, pontifica Dall’Agnol.
* En cuanto
a la Argentina, Dall’Agnol destaca como ventajas sus tierras fértiles y la
proximidad de los puntos de producción a los centros de procesamiento y
despacho hacia el resto del mundo. “Podrá incrementar el área cultivada, pero
lejos de los puertos y en suelos mucho menos fértiles que los de la pampa
húmeda. Así, los rindes serán menores y los costos de producción y transporte,
más altos”.
* El
técnico concluye que la vocación de Brasil para convertirse en el mayor
oferente global de la demanda por venir en soja se concretará por la ausencia
de competidores que reúnan dos ventajas fundamentales combinadas: eficiencia tecnológica +
tierras cultivables disponibles, una dupla que sólo el país del samba
parece ofrecer. Hasta acá, las nuevas fronteras agrícolas están localizadas en
el Centro Oeste, el extremo sur del país y en la región llamada Matopiba, en el
noreste. De allí debería salir el plus de producción que se necesita para tomar
la delantera. Queda siempre la sensación de que la historia no termina acá y de
que Brasil tiene más superficie para poner sobre la mesa. Es una realidad que no puede discutirse.
Fuente:
Lance Rural.
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