¡Y dale con el maíz!
Todas las opciones están abiertas para el cereal. Desde luego las cosas pueden cambiar, en especial si vuelven retenciones prohibitivas, los execrables ROE o cualquier otra herramienta de intervención. Hasta tanto estas atrocidades se confirmen seguiremos estando en el mercado global, y el juego de ajedrez que rodea al maíz es realmente muy atractivo:
* El año 2020 no va a ser uno más para el maíz. Todo arranca en la primavera de 2019 en Estados Unidos, con dos bombas ciclónicas en el corazón granario del país y 40 días posteriores excedidos en lluvias. A partir de ahí la polémica basada en siembras extremadamente demoradas.
* Muchos meses después todavía hay dudas sobre la superficie finalmente implantada (cultivos contabilizados en la producción de granos que no son tales). Y como la cosecha se ha dilatado mucho más allá de lo habitual tampoco está definida cual será la superficie que acabará siendo recolectada. Algo está claro, las interminables pilas que habitualmente adornan el paisaje del Midwest USA esta vez brillan por su ausencia. Problemas de calidad, bajos test de peso...el Departamento de Agricultura de EE.UU. debería seguir recortando.
* Es cierto, los ajustes de producción que ha venido haciendo el USDA no encuentran correlato en los stocks finales, porque paralelamente ha tenido que podar los números de la demanda. Hay alguna luz al final del túnel para los requerimientos de la industria del etanol y la alimentación animal, pero el mayor problema deviene de las exportaciones. Aplastadas por Sudamérica, las ventas externas no levantan cabeza y jugarán un rol clave en el balance de precios del primer semestre de 2020.
* El otro componente clave en ese balance para el primer semestre estará dado por la situación de Brasil, que luego de haber batido récords de exportación puede enfrentar los primeros seis meses del año con una disponibilidad apretada o insuficiente para sus poderosas empresas generadoras de proteína animal. Como sucedió hace unos años, no deberían descartarse importaciones y un precio regional más firme,
* En el segundo semestre de 2020 dos factores se roban el protagonismo: la suerte de la safrinha brasileña y las siembras en Estados Unidos. En el primer caso, la falta de humedad ha demorado la implantación de soja, con lo cual pone en duda las chances de completar la siembra del maíz de segunda zafra antes del 15/03/20, lo que enviaría el período crítico del cultivo a condiciones ambientales poco amigables. Una merma de producción en este caso impactaría fuertemente sobre los precios.
* En cuanto a la siembra en Estados Unidos, muchos aseguran que los 38 M ha son un número puesto, cerca de 2 M ha más que en 2019. Pero otros dudan. Aun con la sombra de la guerra comercial de fondo -desde luego influye-, las cuentas del maíz son menos redituables que las de soja, sencillamente porque es el cultivo más caro y se cree que el financimiento no será sencillo de obtener. ¿Por qué entonces habría de volcarse el farmer a incrementar exageradamente el área de maíz?
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