domingo, 2 de febrero de 2020

¿Qué esperar de febrero?




Es el mes en el cual, en condiciones normales, los granos tienden a moverse hacia arriba. Claro, ahora la situación de China antepone una impronta diferenciada y cuyo impacto dependerá del tiempo que lleve controlar a este nuevo coronavirus y de las consecuencias económicas sobre la economía del gigante asiático. Farm Futures analiza de todos modos algunos aspectos que conviene tener en cuenta para entrever la posible evolución de los precios en Chicago:

1.-El valor del dólar
Juega a favor del valor de los granos cuando pierde terreno frente a otras monedas, y se muestra decididamente en contra cuando se fortalece, tal como sucede en este momento en que se convierte, una vez más, en puerto seguro para inversores que huyen de los activos de riesgo. Los charts muestran una tendencia a seguir sacando músculos y continuar complicando la competitividad de los productos agrícolas USA. De hecho la consiguiente depreciación de las monedas sudamericanas completa un escenario difícil para soja, maíz y trigo USA.

2.- Las dudas con las exportaciones
¿Empezará a comprar China en EE.UU. ahora que se ha firmado el acuerdo? ¿Estimulará la puesta en marcha de este proceso la formidable caída operada en los precios de la soja? El mercado se mantiene dentro de una posición catalogada como "esperar y ver". Lo que haga el gigante asiático en las próximas semanas será definitorio para los precios en Chicago.

3.-La historia
Los patrones de evolución de precios en EE.UU. para 5 y 15 años muestran una tendencia a incrementos en las cotizaciones en las primeras dos o tres semanas de febrero, y en más de una oportunidad el rally dura hasta fin de mes. La tendencia en años normales es seguir con cotizaciones entonadas hasta mayo, en que empiezan a declinar, especialmente cuando se asume que se va en camino de concretar una nueva siembra de gruesa en EE.UU. de dimensiones significativas.

4.- Las dudas sobre el USDA
Ya hay todo un debate sobre los contenidos el próximo informe de oferta y demanda del USDA, el 11 de febrero. Para algunos, puede incluir un notable ajuste hacia arriba de las exportaciones de soja -y en menor medida de maíz y trigo- producto de lo que se considera será la demanda china a partir de la firma del acuerdo Fase 1. Refuerzan su idea diciendo que si el USDA no muestra números más contundentes en el frente externo de estos granos estará dejando constancia de que no cree en el acuerdo. Momento complicadísimo para los estimadores del Departamento de Agricultura.

 

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